SSE #141: Hidratación para los atletas de futbol americano

Publicado

abril 2015

Autor

William M. Adams, MS, ATC y Douglas J. Casa, PhD, ATC

Temas

HIDRATACIÓN

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PUNTOS CLAVE

  • En las publicaciones científicas se ha demostrado que una deshidratación >2% del peso corporal causa deficiencias en el rendimiento. Estas deficiencias incluyen áreas como la capacidad aeróbica y anaeróbica, fuerza, potencia y función cognitiva; las cuales son componentes cruciales en el futbol americano.
  • Las estrategias de hidratación planificadas e individualizadas, llevan al mínimo las pérdidas de líquidos y ayudan a mantener un estado de euhidratación (nivel normal de hidratación). Estos planes de hidratación pueden incorporarse fácilmente dentro de los entrenamientos y competencias de futbol americano para aumentar el rendimiento y mejorar la seguridad en general.
  • Se debe tener consideración del equipo de protección utilizado por los jugadores de futbol americano y las condiciones ambientales potencialmente extremas a las que pueden estar expuestos; estos factores se deben tomar en cuenta en el desarrollo de estrategias de hidratación apropiadas para los atletas de futbol americano.
  • Durante el ejercicio intenso en el calor, el riesgo de deshidratación y las subsecuentes influencias negativas en el rendimiento y riesgos a la seguridad aumentan debido a la exacerbación del estrés cardiovascular y termorregulador, gracias a las pérdidas excesivas de agua corporal.

INTRODUCCIÓN
El futbol americano es un deporte de equipo que se caracteriza por periodos de ejercicio de alta intensidad y corta duración, seguidos de periodos breves de recuperación (25-40 s) (Craig, 1968). Las demografías físicas de los atletas son muy variables dependiendo la posición de juego; los jugadores habilidosos son típicamente magros y rápidos, mientras que los linieros son individuos más grandes con mayor masa muscular y masa grasa. Dependiendo de la liga y el nivel, todos los atletas deben usar equipo de protección durante su participación, el cual se compone de un casco, hombreras, pantalones con almohadillas para cadera, muslo, rodilla y coxis. Durante la competencia, el juego se divide en cuatro cuartos de aproximadamente 12-15 min cada uno. Después del segundo cuarto hay un medio tiempo de entre 12-20 min donde se les permite a los atletas un descanso del ejercicio. La distancia recorrida por los jugadores es muy variable, con los receptores abiertos y jugadores defensivos (esquineros y profundos) cubriendo la mayor distancia y los linieros recorriendo menor distancia durante el juego. Sin embargo, existe una compensación, en la que los linieros, a pesar de que no cubren gran distancia durante la competencia, deben utilizar explosiones cortas e intensas de potencia muscular y fuerza (DeMartini et al., 2011). También existe evidencia que sugiere que las necesidades de líquido y las pérdidas de sudor son muy variables en los jugadores de futbol americano (Godek et al., 2008). Se ha observado que los linieros pierden grandes cantidades de sudor debido a su tamaño y a su masa corporal, por lo que requieren grandes cantidades de líquido para compensar las pérdidas por sudor (Godek et al., 2008).

Durante el ejercicio, el riesgo de deshidratación es alto debido al aumento en las tasas de sudoración para ayudar en la termorregulación. En el futbol americano, el riesgo de deshidratación se incrementa aún más debido a las fechas de la temporada (finales de verano a otoño), donde los atletas están expuestos a condiciones ambientales extremas (temperatura ambiental y humedad relativa altas) y el equipo de protección requerido que puede dificultar la disipación del calor durante el ejercicio (Armstrong et al., 2010; McCullough & Kenney, 2003). Otras consideraciones son el tamaño de los atletas, particularmente el área de superficie corporal y la masa total de los atletas, ya que los individuos más grandes tienen un número mayor de glándulas sudoríparas y producen más sudor que un individuo pequeño (Godek et al., 2005a). Se ha observado que los linieros han disminuido las pérdidas de calor por evaporación comparados con los que no son linieros debido a la relativa naturaleza estática de su posición y la falta de flujo de aire a la piel (Deren et al., 2014).

La combinación de condiciones ambientales elevadas, el requisito de usar equipo de protección, y una gran masa muscular y/o grasa, aumentan la tasa de sudoración de un jugador para intentar disipar el calor que es producido a partir de los músculos activos. Durante el ejercicio, el 75-80% de la energía que utilizan los músculos se convierte en calor que se almacena en el cuerpo (Shirreffs, 2005). Con el fin de evitar que la temperatura corporal alcance niveles peligrosos (>40°C/104°F) los cuales podrían llevar potencialmente a un golpe de calor por esfuerzo (GCE), el cuerpo utiliza la conducción, convección y evaporación del sudor de la piel para disipar el calor producido metabólicamente. En condiciones ambientales altas, la evaporación del sudor de la piel es el único modo de disipación de calor del cuerpo durante el ejercicio. La reducción en la pérdida de calor por evaporación en personas que utilizan el equipo de futbol americano genera riesgos a la salud y seguridad de los atletas al retener el calor metabólico y aumentar el riesgo de GCE. Esto ha sido evidente en los niveles de bachillerato y universitario, donde las muertes por GCE se han atribuido a factores como condiciones ambientales extremas y deshidratación (Boden et al., 2013; Grundstein et al., 2012).  

Los objetivos de este Sports Science Exchange son: 1) proporcionar guías científicas necesarias para mantener un estado de euhidratación, 2) discutir la importancia de la hidratación tanto para el rendimiento como para la seguridad de los jugadores de futbol americano y 3) proporcionar recomendaciones prácticas a los jugadores de futbol americano, entrenadores y personal médico para mantener un estado normal y seguro de hidratación durante el entrenamiento y la competencia.

EFECTOS DE LA DESHIDRATACIÓN SOBRE LA FUNCIÓN FISIOLÓGICA Y EL RENDIMIENTO EN EL EJERCICIO
La deshidratación provoca un estrés cardiovascular y termorregulador que puede reducir el rendimiento en el ejercicio. Durante el ejercicio prolongado, el cuerpo experimenta un cambio fisiológico llamado redistribución cardiovascular, donde la frecuencia cardiaca (FC) aumenta para compensar la disminución en el volumen sistólico (VS) para mantener el gasto cardiaco (GC) durante el ejercicio continuo. La reducción en el volumen del plasma como resultado de la deshidratación provoca un aumento de la FC a fin de mantener el suministro de oxígeno y otros sustratos necesarios para los músculos contráctiles del cuerpo (Montain & Coyle, 1992), exacerbando así la redistribución cardiovascular. La evidencia también muestra que por cada 1% de pérdida de masa corporal, la FC aumenta 3 latidos/min (Adams et al., 2014).

La temperatura corporal se eleva durante el ejercicio, y el aumento es más pronunciado al incrementar los niveles de deshidratación (Buono & Wall, 2000). La evidencia ha demostrado que por cada 1% de pérdida de masa corporal debido a las pérdidas por sudor, la temperatura corporal aumenta a una tasa de 0.22°C (0.4°F) (Huggins et al., 2012). El aumento en la temperatura corporal con niveles elevados de deshidratación aumenta el estrés termorregulador en el cuerpo, aumentando el riesgo de complicaciones por calor por esfuerzo (Casa et al., 2012) y disminuyendo la capacidad para rendir adecuadamente (Marino, 2004; Marino et al., 2004). Además, niveles altos de deshidratación reducen el volumen plasmático de un individuo y su tasa de sudoración, lo que disminuye la capacidad del cuerpo para disipar efectivamente el calor a través de la evaporación del sudor durante el ejercicio en el calor (Montain et al., 1998; Sawka et al., 1985).

El rendimiento en el ejercicio se ve afectado negativamente por el aumento de los niveles de deshidratación. Durante el ejercicio en el calor, hay mayor demanda de flujo sanguineo hacia los músculos y a la piel para mantener la función muscular y la termorregulación. El flujo sanguíneo a la piel es imprescindible en el cuerpo para mover el calor producido metabólicamente hacia la periferia y para permitir la pérdida de calor a través de la sudoración. Tan pronto como el nivel de deshidratación aumenta, la competencia por el flujo sanguíneo entre los músculos activos y el flujo sanguíneo a la piel se incrementa, causando una disminución en el rendimiento debido a una reducción en la presión venosa y el gasto cardiaco para solventar tanto las necesidades metabólicas de los músculos en ejercicio como la termorregulación (Cheuvront & Kenefick, 2014; Cheuvront et al., 2010).

La evidencia demuestra que la deshidratación perjudica el rendimiento en el ejercicio de resistencia (Casa et al., 2010), el rendimiento anaeróbico de alta intensidad, la fuerza y potencia muscular (Judelson et al., 2007a, 2007b) y la cognición (Grandjean & Grandjean, 2007). Estas deficiencias están directamente relacionadas a la capacidad de un individuo para rendir adecuadamente en el campo, especialmente en el futbol americano.

PRÁCTICAS DE HIDRATACIÓN ENTRE LOS JUGADORES DE FUTBOL AMERICANO
Investigaciones anteriores han examinado las prácticas de hidratación de los jugadores de futbol americano a nivel bachillerato, universitario y profesional. En general, las investigaciones han indicado que la mayoría de los jugadores de futbol americano, en todos los niveles, se encuentran en un estado persistente de déficit de líquido (Godek et al., 2005a, 2005b, 2008; Stover et al., 2006; Yeargin et al., 2010). Godek y colaboradores (2008) descubrieron que en los jugadores universitarios y profesionales, el promedio de las tasas de sudoración entre los atletas variaba de 1.6-2.3 L/h, con mayores tasas de sudoración en los linieros que en los corredores. Cuando se monitoreó el estado de hidratación de estos atletas durante varios días, los jugadores no fueron capaces de reponer los líquidos necesarios (ni durante el entrenamiento, ni en la recuperación) para volver a sus niveles normales de hidratación. Estos resultados concuerdan con otras investigaciones que han evaluado el estado de hidratación de los jugadores de futbol americano en otros niveles (Godek et al., 2005a, 2005b; Stover et al., 2006).    

La incapacidad para recuperar todas las pérdidas de líquido durante el ejercicio puede ser explicada por las grandes pérdidas de líquido experimentadas por los jugadores durante el entrenamiento, la imposibilidad de reponer dichas pérdidas durante y entre los entrenamientosy las prácticas pobres de hidratación fuera del entrenamiento (Stover et al., 2006). Se ha observado en jugadores profesionales (datos no publicados) que sus estrategias de hidratación durante el entrenamiento o la competencia fueron adecuadas para reponer sus pérdidas por sudor, pero sus estrategias de hidratación fuera de entrenamiento eran pobres. Esto da como resultado que los jugadores de americano lleguen continuamente al entrenamiento y a la competencia en un estado de hipohidratación (déficit de líquido). Esto causó un estado de hipohidratación constante a diario, lo cual puede tener efectos adversos sobre el rendimiento a través del tiempo. También, durante el ejercicio intenso en el calor, las implicaciones de unas prácticas de hidratación inadecuadas pueden llevar a un aumento en el estrés cardiovascular y termorregulador en los jugadores, el cual puede elevar el riesgo de complicaciones por calor y por consiguiente provocar una disminución en el rendimiento (Tabla 1).



GUÍAS PARA MANTENER LA HIDRATACIÓN EN EL FUTBOL AMERICANO

Necesidades de líquido durante el Futbol Americano
Como se mencionó previamente, las necesidades de líquido, particularmente en el futbol americano pueden ser muy variables por individuo, por lo que es difícil establecer recomendaciones generales para alcanzar las necesidades de todos los atletas (Sawka et al., 2007). El cuidado que se debe tener con las recomendaciones generales es que para algunos atletas, que tienen tasas de sudoración bajas, el riesgo de hiponatremia por esfuerzo es mayor (Almond et al., 2005), mientras que, en los atletas con tasas de sudoración más altas, seguir las recomendaciones generales no les permite reponer las pérdidas de líquido durante el ejercicio (Sawka et al., 2007). Otros han sugerido que en lugar de seguir las guías específicas que son dependientes del volumen, los atletas pueden tomar de acuerdo a la sensación de sed para mantener un estado de euhidratación (Noakes, 2007). El problema con esta estrategia es que la sensación de sed comúnmente no aparece hasta que ya se tiene un nivel de hipohidratación de ~2% de pérdida de masa corporal; un nivel en el que pueden ocurrir deficiencias en el rendimiento, por lo tanto, un plan individualizado de hidratación puede ser óptimo en situaciones en el que el acceso al líquido no es continuo. Se recomienda establecer necesidades de líquido individualizadas basadas en la tasa de sudoración y la composición del sudor de los atletas para minimizar las pérdidas de líquido y en última instancia, mejorar el rendimiento.

Además, debe reconocerse que la mayoría de los atletas, especialmente aquellos con altas tasas de sudoración que normalmente se ven en los jugadores de futbol americano, son incapaces de reponer todas las pérdidas de líquido durante el ejercicio debido a las limitaciones del vaciamiento gástrico en el estómago. Dugas y colaboradores (2009) reportaron que los atletas que tomaron a libre demanda repusieron el 67% de las pérdidas de líquido y esto no afectó el rendimiento en comparación con las pruebas en las que los participantes repusieron el 100% de las pérdidas de líquido. El objetivo de la reposición de líquidos durante el ejercicio es prevenir grandes pérdidas de líquido corporal que pueden afectar negativamente el rendimiento (Casa et al., 2000). El período de recuperación después del ejercicio se debe utilizar para reponer completamente todas las pérdidas de líquido de la sesión de ejercicio (Casa et al., 2000).

Calculando la tasa de sudoración de los atletas
Es necesario conocer la tasa de sudoración para establecer las necesidades de líquido individuales. Esto se puede hacer pidiéndoles a los atletas que se pesen antes y después del entrenamiento para determinar la cantidad de masa corporal que se perdió debido a la sudoración durante el entrenamiento/práctica. Más específicamente, los atletas se deben pesar antes de iniciar la práctica. Durante el ejercicio, los atletas deben tener botellas individuales para beber y se debe anotar la cantidad de líquido consumido. También, si un atleta necesita orinar durante la práctica, se debe medir el volumen de orina. Después del ejercicio, los atletas se deben pesar por segunda vez a fin de encontrar la diferencia entre los pesos corporales pre y post ejercicio. La tasa de sudoración del atleta puede ser calculada utilizando la siguiente ecuación:


El cálculo de la tasa de sudoración de un atleta se debe hacer varias veces durante toda la temporada para obtener una tasa de sudoración precisa para cada atleta; las tasas de sudoración variarán dependiendo las condiciones ambientales, así como si el atleta está participando en un entrenamiento o en un partido.

Estrategias de hidratación en el Futbol Americano
Alentar a los atletas a minimizar sus pérdidas de líquido al tomar ad libitum durante el ejercicio y reponer el resto del líquido perdido después de la actividad maximiza su potencial para un óptimo rendimiento. También es importante para los entrenadores y el personal médico hacer modificaciones a los entrenamientos que permitan tener más descansos para hidratarse de acuerdo a la cantidad de equipo de protección utilizado y las condiciones ambientales del entrenamiento. La Tabla 2 enumera impedimentos comunes para una adecuada hidratación con consejos relacionados para resolver estas dificultades.



BEBIDAS DEPORTIVAS
Las bebidas deportivas o bebidas que contienen carbohidratos (CHO) y electrolitos, pueden ser utilizadas además del agua para la rehidratación, especialmente durante el ejercicio intenso en el calor que dura más de 60 min (Casa et al., 2000). El beneficio de utilizar bebidas deportivas además del agua, es ayudar a restaurar los niveles de glucógeno y electrolitos que se pierden durante el ejercicio. Además, las bebidas deportivas con hasta ~6% de CHO no retrasan la tasa de vaciamiento gástrico, lo que mantiene la absorción de agua dentro del cuerpo. La adición de CHO y electrolitos y el vaciamiento gástrico sin impedimentos puede ayudar a promover un mejor rendimiento en los atletas, principalmente durante el ejercicio intenso (Casa et al., 2000).

HIPONATREMIA
La hiponatremia por esfuerzo es causada por la reducción de los niveles séricos de sodio en la sangre (<135 mEq/L), que resultan de una sobrehidratación, ingesta inadecuada de sodio o de pérdidas excesivas de sudor (Rosner, 2009). Esta condición médica, como el GCE, puede ser fatal si no se utilizan las medidas preventivas y el tratamiento adecuado en caso de que se produzcan. Aunque esto se ve normalmente durante los eventos de resistencia largos, tales como maratones (Almond et al., 2005; Rosner, 2009), las muertes recientes de los jugadores de futbol americano de nivel bachillerato de Georgia y Mississippi en agosto del 2014 a partir de la hiponatremia por esfuerzo merecen más atención (Payne, 2014). El ejercicio intenso en el calor puede alterar las respuestas fisiológicas (aumento de las tasas de sudoración y conductas para beber alteradas) las cuales también pueden aumentar el riesgo de presentar hiponatremia por esfuerzo (Carter, 2008). Establecer las necesidades de líquidos individuales además de proporcionar educación apropiada para los atletas, entrenadores, padres y personal médico sobre las necesidades de líquido durante la actividad física es imprescindible para reducir el riesgo de hiponatremia. Además, también se pueden implementar otras estrategias de prevención para disminuir el riesgo de hiponatremia por esfuerzo (Tabla 3).



APLICACIONES PRÁCTICAS

  • Educar a los jugadores y entrenadores sobre la importancia de mantener un estado de euhidratación para maximizar el rendimiento y mejorar su seguridad durante la práctica del futbol americano.
  • Determinar las tasas de sudoración de los atletas proporcionando el peso corporal antes y después del ejercicio durante los entrenamientos y competencias.
  • El establecimiento de una tasa de sudoración precisa, ayudará a determinar las necesidades individuales de líquidos de los jugadores durante los entrenamientos y competencias para prevenir los déficits al rendimiento asociados con la deshidratación. Durante su participación, los jugadores deben tratar de disminuir las pérdidas de líquido para mantener los niveles de deshidratación <2% de pérdida de peso corporal. Aquellos con tasas de sudoración altas pueden no ser capaces de reponer todos los líquidos durante su participación, y en esos casos, se deben sustituir los déficits de líquidos restantes después de la práctica.
  • El consumo de bebidas que contengan carbohidratos y electrolitos (los cuales se encuentran en las bebidas deportivas) aumenta la capacidad del cuerpo para retener agua y ayuda a mejorar la capacidad de mantenerse hidratado.
  • Después del ejercicio, los atletas deben de reponer todos los déficits de líquidos restantes. Asimismo, ingerir bebidas que contienen carbohidratos, electrolitos y proteína ayuda a retener el agua y también proporciona beneficios para la recuperación muscular después del ejercicio.
  • Durante el ejercicio intenso en el calor, es imprescindible que los atletas realicen prácticas adecuadas de hidratación para disminuir el riesgo de aumentar los niveles de deshidratación que pueden afectar negativamente el rendimiento y aumentar el riesgo de complicaciones por calor.

RESUMEN
La deshidratación de >2% de pérdida de peso corporal puede afectar el rendimiento y tiene implicaciones de seguridad (por ejemplo, aumenta el riesgo de complicaciones por calor). En el futbol americano, los jugadores son susceptibles a la deshidratación, especialmente cuando las condiciones ambientales son extremas. Establecer planes individualizados de hidratación para cada atleta y proporcionar educación adecuada sobre la importancia de la hidratación, tanto durante el entrenamiento como en competencia y a lo largo del día, es importante para asegurar la hidratación del atleta y por consiguiente su seguridad y rendimiento durante el futbol americano (Tabla 4).